Sololá, Diciembre 2012.-
Es un día normal en la cabecera departamental de Sololá, observaba a niños
realizando diversas actividades, entre ellas la venta de productos en las
oficinas y en la vía publica.
En todo este movimiento me llamo la atención un niño, que ya había
terminado su venta y solo jugaba con una pequeña caja, me dispuse ha conversar con el infante, con
quien días atrás compartimos al presentarnos mutuamente, es por ello que
accedió a la conversación con mucha amabilidad.
Inicio mencionando el lugar de origen y del porque se encuentra en el lugar
vendiendo chicles, he aquí el extracto de la conversación.
R/ Alexander David Morales Mejía.
¿De dónde vienes?
R/ De la Aldea Xeabaj. Arriba de Chichi.
¿Cuánto tiempo te toca viajar?
R/ Salgo de mi casa y me hago una hora de camino, solo le digo a mi mamá,
me voy a vender y
ella me dice: Vaya, y me vengo todos los días, porque mi mamá me dice:
“¡cuando seas grande
ya vas a saber trabajar!”. Por eso estoy en el mercado de mayoreo o bajo a
vender por aquí. (Casco urbano)
¿Qué vendes?
R/ Chicles y cuestan un quetzal, pero ahora ya no hay, ya los vendí todos…
-y me comparte una
sonrisa por su venta-.
¿Quién te da los chicles?
R/ Nadie, yo mismo los compro, mi mamá me da Q30.00 para comprar los
chicles, la caja cuesta Q25.00 y Q5.00 son para mi pasaje, para llegar a Sololá, ya que me cobran
Q2.50 de la aldea a los Encuentros y Q2.50 para llegar a Sololá, son Q5.00 de pasaje, para
venir a vender. A mi mamá cuando regreso le devuelvo los Q30.00, porque ella me los da para
comprar los chicles.
¿Ganas algo por la venta?
R/ Sí… -queda en silencio y luego responde-, gano Q15.00 por cada caja
vendida, cada caja trae 40 chicles y casi siempre vendo dos cajas. Con esa ganancia compro ricitos
o algo más, que yo quiero.
Pero… ¿entonces no le das el dinero a tu mamá?. No… no me pide mi mamá,
pero cuando me pide le doy Q10.00 o Q15.00 o cuando gano o si no, no le doy nada.
¿Cómo iniciaste con la venta de chicles?
R/ Lo que pasa es que mi hermano vendía cuando era chiquito, pero ahora se
fue entonces ahora yo lo hago, porque mi hermano se fue a la capital a
trabajar, pero yo no se en que trabaja, solo llega a la casa a cada mes, pero
tengo dos hermanos mas grandes uno tiene 17 años otro 14 y yo tengo 8 años,
también tengo otro hermanito que tiene 7 años, pero entre todos somos 8 hermanos.
Y ¿estás estudiando?
R/ Sí, estoy en primer grado, en la escuela Oficial rural Mixta de Xeabaj,
pero cuando voy a la escuela no vendo chicles, ahora que no voy a la escuela es cuando vendo
chicles, salgo de mi casa a las 7:00 u 8:00 de la mañana y regreso a las 4 de la tarde. Pero
solo esta semana voy a vender chicles, porque me voy con mi papa a Guate, la otra semana.
¿Qué hace tu papa por allá?
R/ El tiene una tienda donde vende ricitos, azúcar, arroz, leche y todo lo
que hay en las tiendas.
¿Para llegar a Sololá viajas solo?
R/ Sí, pero a veces me acompaña mi hermanito que tiene 7 años, y a mi me
gusta que venga conmigo, pero ya solo falta un mes para que vayamos a la escuela, pero
cuando no voy a la escuela como ahora, ayudo a mi papa o vengo a vender chicles.
¿Sabes cómo se llaman tus papas?
R/ Sí, mi mamá se llama, Ana Rosa Mejía Pérez y mi Papá se llama Ricardo
Morales Morales.
En ese momento se recordó que necesitaba comprar más producto para
continuar con la venta del día, por lo que dimos por terminada la conversación.
Jaime Tecú, Licenciado en Derecho, manifestó que, en términos legales, no
es posible este tipo de trabajo, según los convenios internacionales, los mismos tienen una
extensión interpretativa para un trabajo con medidas de protección y se puede hacer a la edad de 15
años siempre y cuando tenga apoyo de un adulto, por lo que en este caso especifico no
procede ya que al niño tiene ocho años y está siendo explotado laboralmente, por el riesgo que
corre el niño al ser expuesto en las calles.
En términos legales sea como sea la intensión, el menor le están violando
sus derechos, aunque la sociedad o los padres de familias tuvieran otra perspectiva, como en
este caso se considera un aprendizaje laboral, que es el argumento de muchos
padres de familias, cuando envían a sus hijos a realizar algún trabajo infantil, solamente se permite a los
adolescentes después de los 15 años a realizar trabajos de aprendiz.
El derecho infantil está protegido por las leyes guatemaltecas, tratados y
convenios firmados y ratificados por Guatemala, sobre las formas de trabajo, Código de Trabajo,
Ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia, la convención Internacional de los
Derechos del Niño y el delito tipo penal que se regula en la ley Contra la Violencia Sexual
Explotación y Trata de Personas.
Mario Noj, experto del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia,
UNICEF, declaró que, en términos culturales, es válido que niñas y niños
aprendan un oficio que las y los beneficie en el futuro. Cosa distinta es, sin embargo, cuando éstos son explotados, sometidos
a riesgos y les son violados derechos como a la educación, seguridad y
recreación, por ejemplo. El Estado de Guatemala es el encargado de velar por acabar con la explotación infantil y
velar porque sean asegurados los derechos de niñas y niños guatemaltecos. Noj
indicó que la solución debe ser integral, pues se trata de responder a causas
estructurales como la pobreza, que afecta a miles de hogares guatemaltecos.
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